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El 29 de febrero fue el día mundial de las enfermedades raras.
¿Y qué pasa?
Nada. Solo lo digo.
Otra cosa. Y quiero que sepas:
Soy un ferviente consumidor de grandes momentos, creo que es la verdadera esencia de la existencia.
El miedo a Karine
Estar aquí y ahora. Sumar.
Quizá pienses que es una tontería.
Pero vivimos en una sociedad permanentemente asustada que no vive.
Si no es el miedo al coronavirus, es el miedo a uno mismo, el miedo a la aceptación de los demás, o ahora mismo, el miedo a Karine.
Bueno, así dicho Karine no dice mucho.
Pero es la borrasca que entró esta semana por España.
Viviendo el ahora
Lo que te decía.
Vivimos en una sociedad que no vive, que sobrevive como puede siguiendo absurdos convencionalismos sociales.
Vivimos en todas partes menos en el AHORA. Nos pasamos la vida esperando vivir. Qué absurdo.
Definitivamente, somos raros. Del 29 de febrero.
Somos raros
Esta mañana escuché en el metro a un tipo que dijo algo así como:
Estoy acojonado, esto se acaba.
Te puedes imaginar el asunto.
Pero tanto como que esto se acaba…¡te has pasado!
Debió notar mi cara de flipado. Me miró, y yo hice así como «qué tarde se me está haciendo«. ¡De tarde nada! Serían las 6.45 hrs de la mañana. Y hacía frío. El invierno había regresado, al menos, a Madrid.
Me quedé con muchas ganas de intervenir en la conversación y responderle:
¿Pues si esto se acaba, qué cojones haces yendo en metro al trabajo? Anda, sal ahí fuera y vete a vivir grandes momentos.
No me atreví.
A veces decimos todo menos lo que realmente queremos decir, y nos quedamos a medias Dejando lo importante.
Como en un mal polvo
Porque no me digas que no
Si supiéramos que el mundo se pudiera acabar mañana, lo realmente importante ya lo habrías dicho. El no haberme atrevido a, el no haber apostado definitivamente por, el no haber cambiado de.
Vamos.
El quedarnos a medias en la vida como en un mal polvo.
Y con una cara de tonto que se te queda, que ni te cuento.
Y mira que siempre he sido de entrar a ver qué pasa. Bueno, no siempre. Me refiero a ir de frente a la borrasca Karine. Y no quedarme con las ganas de no haberlo intentado.
La diferencia se llama quedarse a medias o llegar al orgasmo. Una gran diferencia en la vida.
No voy a seguir por ahí. Tierras movedizas.
Como si no hubiera un mañana
Solo quería despedirme de este mes raro de febrero.
Darle la bienvenida a marzo, al invierno y a Karine.
Y recordarte,
Que si el camino es bonito, no preguntes dónde te lleva, que si hay que subir una montaña muy alta, pues vamos a intentarlo como si no hubiera un mañana. Buscando la calidad. El no va más. ¡El wooooooooooooooow!
Como pasa en la Aventura, y aquel, nuestro ataque al Mont Blanc. De cara. Sin miedo. Sin medias tintas. Orgasmo total.
Mont Blanc (4.810 mts), el punto más alto de Europa
PD 1: Arriba las imágenes.
PD 2: Lo dicho, coge siempre el teléfeno si la llamada prodece de algo salvaje, único, raro y diferente. No te quedes a medias.
Aquí mi libro “Subiendo España”, 52 historias despeinadas de trekking sobre un proyecto en montaña basado en hechos reales.
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