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Espera un momento amigo, quiero rectificar primero el título del episodio 44, luego te contaré el motivo. No es el gordo, quería escribir «Déjame que te cuente lo gordo». Y comenzamos, ¡Luces,cámara, acción!
Producto Mínimo Viable
Hace unos días, mientras compartía con el Rúben una ruta por el Parque natural de Sanabria, recibí un email (correo electrónico en español) de una amiga. Sólo me quería poner en contacto con un conocido suyo, que necesitaba conocer la logística para poder viajar, sin grandes pretensiones, a países como el Nepal, y en general, quería saber cómo era nuestro flow para viajar, nuestro rollo para este tipo de aventuras. Y diréis que para qué os cuento esto. Porque creo que ni es oro todo lo que reluce en un viaje, ni nada es tan fácil como parece ni tan difícil como se pinta, aunque es cierto que el resultado final en imágenes o vídeos puede tapar las miserias o grandezas del viaje,
¿Has visto alguna vez fotos de un viaje que te enseñan y que la persona esté pasándolo mal o se encuentre en una situación chunga y se acuerde de su cámara para inmortalizarlo?. A la larga, lo que nos gusta es que tú veas que el producto final es la releche; el MVP (producto mínimo viable); el proceso es lo de menos; En este tipo de viajes tampoco el dinero es impedimento si uno se sabe programar con tiempo, no es impedimento dentro de un margen monetario mínimo y necesario (vuelo, seguros, pack de supervivencia y equipo de aventura). El tiempo, el concepto de temporalidad diría yo que es el mayor problema, tener tiempo para poder viajar, no depender de lo que podemos llamar el MVH (vacaciones mínimas viables). El resto es querer, el no hacerlo si uno lo desea es simplemente poner excusas.
Por eso, voy a contar esta vez un viaje de elsoplo desde sus inicios; a veces uno piensa que todo es sabido, que tú estás acostumbrado a viajar, que todo viene dado, que qué suerte la tuya y qué bien vive uno, craso error, la realidad es otra, lo que pasa es que el producto final (MVP) es lo que cuenta muchas veces. Este chico me proporcionó el guión para este nuevo episodio de «Historias de elpezsoplo», porque es el momento de contar LO GORDO del viaje, la chicha en sí, y justo cuando EL GORDO ya está aquí.
Es posible que deje en el baúl de los recuerdos algunos detalles, sé comprensivo, aunque parezca que el «Déjame que te cuente» fue de ayer, realmente ya fue hace mucho. Por orden de acontecimientos al estilo de la película «El golpe«:
El Gordo y Lo Gordo
El acuerdo. Navidades 2014. Unos chicos se juntan en un pueblo llamado Granja de Moreruela (Zamora), próximo a Puebla de Sanabria, y cercano al club de montaña de sanabria (parte del proyecto «Subiendo España a un libro«). Aquella noche, a la luz de la hoguera, deciden darle realidad a una idea, cerrar el inicio de un viaje soñado: emprender la aventura al Himalaya. Sé lo que estoy diciendo porque yo me encontraba con ellos: Equis, Zeta y el Rúben. El acuerdo, como todos los buenos acuerdos entre amigos, se cerró con unas copas, a eso de las 4 de la mañana, que yo recuerde: «chicos, entonces nos ponemos con ello a partir de enero de 2015, ¿ok?», «Cuenta conmigo» susurró Rúben. «Stand by me» gritó enérgicamente Zeta. En ese momento no pensamos más, queríamos ir e íbamos a ir, desconocíamos las sorpresas que el destino nos tenía aún preparadas.
Skyscanner. Marzo 2015, Marzo, siempre un mes para la ilusión. Todo viaje pasado el charco necesita de su vuelo. Había pasado un tiempo desde que tomamos la decisión, y seguíamos ojeando ofertas de vuelos; como solemos hacer, buscábamos una opción económica, con escalas, pero que no fuera eterna en horas. Un día recibo la llamada de Zeta: «Acaba de salir un vuelo muy interesante en Skyscanner, 640 euros, con dos escalas, Abudabi y Nueva Delhi, rumbo a Katmandu (Nepal), ¿lo pillamos?«. No tardamos más de 24 horas en comprar 3 billetes hacia un sueño. Le incluimos un seguro de viaje que después tuvo su sentido. Se me olvidaba, el billete tenía como fecha 10 de octubre de 2015, faltaban 7 meses, la cuenta atrás daba su inicio.
Sinopsis. Un 25 Abril de 2015 llegó la terrible noticia, «Un seísmo de magnitud 7,9 sacude Nepal provocando más de 8000 muertos«. Es curioso el tema, a pesar de tragedia de tal magnitud, en un mes no hablamos de ello, creo que las ganas de ir superaban el temor de lo acontecido, y confiábamos que el viaje se pudiera realizar, con el plan previsto o al menos colaborando en la medida que nos fuera posible, al igual que hizo mucha gente como Carlos Soria, Kilian Jornet, etc. Hasta el 10 de octubre restaban aún 6 meses.
12 de Mayo. «Cuando la normalidad comenzaba a llegar a Nepal la tierra ha vuelto a temblar. El nuevo seísmo es de magnitud 7,3 en la escala Richter, con epicentro a 68 kilómetros al oeste de la ciudad de Namche Bazar (noreste de Katmandú), cerca del campamento base del Everest». Silencio. No era momento para decir nada. 5 meses para el viaje.
La estrategia. Todo viaje necesita cierta estrategia global, en nuestro caso se trataba de la ruta elegida que recorría parte de la cordillera del Himalaya, lo llamaban «via three high passes», lo llamamos «La Ruta de los tres pasos», que atraviesa 3 valles con llegada al campamento base del Everest.
El último mohicano. Julio a Septiembre de 2015. Un viaje de este calibre a la cordillera más alta del mundo no es moco de pavo. Desde julio comenzó una preparación focalizada sólo para esta aventura: Entrenamientos en montaña como base, inflando los pulmones con la natación, tonificando con dosis de gimnasio, probando carreras de trail running, y mezclamos aeróbico con anaeróbico, propiocepción, escaleras, y algún pequeño triatlón…vamos, que las pasé canutas diría yo, pero querer es poder. A veces me sentía como Rocky subiendo esas míticas escaleras del Museo de Arte de Filadelfia, luego me daba cuenta al terminar que estaba hecho una piltrafa, me olvidaba de Rocky, del «Eye of the tiger» y tomaba rumbo al sofá. Cris, mi entrenadora y amiga, puede dar fe de estos hechos. Hoy ya puedo asegurar que una preparación es fundamental, pero no sólo para llegar al destino, sobre todo para poder disfrutar durante el camino.
Los créditos. Septiembre de 2015. Como todas las grandes películas, todo siempre se hace posible con la suma de muchos factores, entre ellos la suerte. Y en esta aventura contamos con un factor adicional, el patrocinador. Siempre agrada que una marca deportiva confíe en tí, en tu proyecto. Fue el caso de la marca deportiva de montaña +8000. Todo fue sencillo, y en dos reuniones llegamos a un acuerdo para llevar la marca y que la marca se convirtiera en un compañero más de viaje, fue el inicio de una bonita amistad. Que una compañia española esté a tu lado como que mola, y sube en un punto adicional la ilusión del viaje a pesar de los acontecimientos.
The beginning. El comienzo. 10 de octubre. Rumbo a Katmandú.
Esto es todo por hoy. Una última cosa, la equivocación en el título se debe a que el SEO de google me chivó que si colocaba «el gordo» cercano al día 22 iba a triunfar más que si colocaba lo gordo, y yo a google nunca le llevo la contraria. Espero que lo entiendas. Nos vemos en la próxima viñeta. Por cierto, no me tocó el gordo de Navidad, así podremos seguir «creando»
“Dos senderos se abrían en el bosque y yo… yo tomé el menos transitado”. – Robert Frost
Aquí mi libro “Subiendo España”, 52 historias despeinadas de trekking sobre un proyecto en montaña basado en hechos reales.