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La escena final del desenlace se enmarca a los pies de un acantilado de Laxe, en una pequeña cala donde curiosamente también pasa el camiño dos faros.
Los tres marineros sospechosos venían dirección hacia nuestros amiguitos. A cada cual sudaba más hasta que…-¡alto, levanten las manos!-. Gritó Zeta dejando boquiabiertos y vendidos a Equis, Igry y elpezsoplo. – Oye Zeta, si no tienes ni arma, con qué más vas a asustar -, le susurraba Equis.
No sé cómo ni el motivo, pero los tres marineros levantaron las manos. ¿Por qué se iban a asustar de unas simpáticas fofuchas?, pensaba el narrador frustrado que cuenta estas historias.
– Gracias chicos, los sospechosos ya están a buen recaudo -. Esa voz procedía del fondo, una sombra, varias sombras se acercaban. ¿Quiénes eran?. – ¿quién habla? Ya los detuvimos nosotros.
Cuando la luz dejó ver el rostro, nadie lo pudo dudar. – Hola, soy Anibal, del Equipo A, ¿recordáis aquella serie de antaño con Murdock, M.A. y Fenix? – preguntó Anibal. Allí estaban todos.
¿Cómo habrían bajado esa furgoneta a la calita?, seguro que era parte de la serie. Todo ello lo pensaba Equis.
– Caso resuelto chicos. Estos marineros habían secuestrado a la pelota Wilson para quedarse con sus propiedades, la playa de los cristales preciosos. O firmaba un traspaso o nunca más volvería a rodar – narraba la historia Anibal.
– ¿Y mi querido Wilson? – preguntaba Equis. – Aquí estoy Equis, cuánto tiempo, pensé que no volvería a verte -. Y la pelota Wilson as apareció.
Y entre risas, y aún sin saber su papel en este caso, todos se marcharon a tomar unas estrella galicia.
Y el narrador frustrado partiría en breve, dirección quién sabe, y con él todos nuestros amiguitos, en busca de nuevas aventuras, y nuestros amiguitos lo sabían. ¿Morriña?
Aquí mi libro “Subiendo España”, 52 historias despeinadas de trekking sobre un proyecto en montaña basado en hechos reales.